El procedimiento de cobranza suele ser estipulado por quien ofrece el producto o el servicio. Aquel que debe pagar, de este modo, ya sabe cuáles son las condiciones en cuestión. Si una persona contrata un servicio de telefonía y la compañía telefónica, en el contrato establecido, detalla que la cobranza se realiza del 1 al 10 de cada mes, el sujeto tiene que pagar en ese plazo. De lo contrario estará en falta y podrá ser penalizado de distintas maneras (con el cobro de intereses o la cancelación del servicio, por citar dos posibilidades).